BLANCO, NEGRO Y ROJO


Copos cristalinos caen con suavidad sobre los suelos empedrados del reino. Jamás he presenciado un invierno tan frío como este. Aunque la atmósfera me resulta de lo más familiar. La fragancia de la oscuridad y la electricidad de la esperanza.

Los colores del patio del castillo contrastan a la perfección. El blanco, el negro y el rojo. Espero unos instantes junto a mi manzano a que aparezca. Él me dijo que así lo haría. Mi incondicional y leal aliado. ¿Qué sería de mí sin él? ¿Qué sería de nosotros sin su certeza? Aquella reliquia siempre nos está devolviendo el aliento.

Te miro de nuevo, tan frágil y tan demacrado… Eres la viva imagen de mi apariencia, tan longeva y marchita…  Pero de nuevo ha llegado nuestro momento. Cuando las primeras luces del alba acarician el cielo ella aparece, tal y como estaba escrito. Ella… nuestra ruina y la amargura de nuestra existencia. Una mirada suya basta para que una daga más se hunda en nuestro corazón.

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