KM 0



Que lo supe aquel día y hoy se vuelve más certeza, mi niña. 
Que solo tú consigues versionarme, en mis dos versiones de una misma cara sin opinión preconcebida. 
Vuelves susurro el ruido de mi mente haciéndome sentir bien cuando me doy de bruces con mi paradoja. 
Transformas un miedo en mil motivos y le das la mano a ese nudo en la garganta. O un puntapié cuando se lo merece.
Que eres matiz en un mundo en blanco y negro y te abres hueco entre los colores y me encuentras en la línea entre el verde y azul cuando tiendo a infinito. 
Y cuando nos encontramos en nuestro KM 0 todo se allana. Ojalá no existiesen tantos de por medio y solo tuviésemos que calcular la distancia que hay entre cada uno de nuestros abrazos.
Me gusta nuestra forma de expandirnos o encogernos según la vida nos llegue y el recorrer juntas rectas y curvas sabiendo que todas me llevan a ti. 
Solo espero seguir recorriendo KM a tu lado.
Y lo que nos llegue. 

Gracias por sanarme cuando me clavo bien dentro mis propias aristas.

Te quiero cerca. Te quiero tuya. Te quiero siempre. 



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