PARA ELLAS Y ELLOS

 

Pequeño huracán de risas y lágrimas. Todo tu mundo viene y va y lo único que importa es el aquí y ahora. No te pierdas en los tiempos y florece en el que tú te marques. 
Como el poema que has memorizado, no dejes que tuerzan tu rumbo y canta alegre en la popa, capitán/a, que ni tormenta ni bonanza te hagan flaquear. 
Que el miedo te acompañe. Ya viste que no es ese monstruo del armario. Tiene nombre, así que agárrale de la mano, pero no permitas que camine por delante de ti. 
Que tus diferencias sean tatuajes en la piel y no marcas de guerra, aunque si tienes que pelear por ellas, pelea. 
Cada escalón es un nuevo reto, no olvides esa sonrisa genuina cuando lo alcanzas, que no te pueda la comodidad. Sabes que vas a por todas. Por ti y por tus compañeros. Y para ti, que no contra ellos. 
Que no se pierda tu voraz locura entre negaciones, aliméntala con libros y no olvides crear historias, ellas te salvarán. Y probablemente también a los demás.




Tu sonrisa podrá hacerse pequeña a veces, pero sigue escuchando el eco de tu risa. Seguirá ahí. Contigo. Como tu esencia, si la sigues cultivando. 
Continúa creyendo en los conjuros que hemos recitado. Son de verdad. Y es que hay más verdad en la magia que a veces en el mundo real. Y tu parte salvaje es la que se atreverá a convertir tus sueños en realidad.
Y recuerda que llorar es de valientes. Que ser vulnerable te hace humano. Y que será eso lo que te curará las cicatrices. Y no dejes nunca de aprender, es lo que te hará libre.
Cada día abres un poco más las alas. Alas inocentes. Alas curiosas. Alas llenas. 
Serás un precioso cisne, así que sigue abriéndolas. Volarás alto. Pero, primero, cierra los ojos y repite una vez más nuestro secreto...






Gracias por enseñarme tantas cosas y por recordarme cosas que estaba olvidando.

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