RELATO | JAULA DE ORO


Tuviste un canario y le compraste una jaula de oro, por miedo a que se perdiera, a que se hiciera daño (te decías). Le colmaste de atenciones, de los más ricos manjares y cada día le sorprendías con un regalo. Le tocabas melodías con tu piano, le cantabas canciones de amor, elogiabas su magnífico plumaje. Cada día. No fallaste ni uno.

Tal era tu entusiasmo y tu cariño que no te diste cuenta de que, cada madrugada, el brillo de sus ojos se apagaba cuando miraba la luna, a través de la ventana. A través de los barrotes de la jaula dorada con adornos de marfil.

Te ascendieron en el trabajo y, orgulloso y emocionado, destinaste gran parte de tu sueldo a los veterinarios más prestigiosos para que las plumas del ave, que se caían cada vez más (debido al cambio de estación, seguramente) no perdieran ese brillo tan encantador. Pero no fue suficiente. Nunca lo fue.

Preocupado, invertiste gran cantidad de dinero en revocar ese mal que estaba enfermando a tu canario. Aunque hiciste oídos sordos a las advertencias y consejos. (No lo entendían. Lo estabas protegiendo.)

El canario cada vez cantaba menos. Cada vez comía menos. Cada vez lloraba más en silencio. Cada vez contemplaba más el cielo. Pero, ¿cómo podía ser? Lo tenía TODO. Se lo habías dado todo.

Frustrado por la ingratitud del animal estuviste días sin dirigirle la palabra. Pero nada cambió. Así que continuaste prestándole atenciones hasta que un día simplemente se dejó ir. Lloraste durante días y noches. Se te partió el corazón pero pudiste coser los fragmentos y poco después volviste a tu vida. Llegó un momento en que ver la jaula vacía ni siquiera te movía nada por dentro. En que el despertar con el despertador y no con un cántico se volvió rutinario. Pensaste finalmente que un animal enfermo no merecía tanto sufrimiento. Te consolaste creyendo que fue mejor así. Incluso te planteaste comprar un canario nuevo. Pero en el fondo de tu corazón… lo sabes. Lo sabías. Lo olvidaste. Olvidaste que un corazón roto puede ser reparado pero, ¿qué ocurre con un corazón enjaulado?

2 comentarios

  1. Hola
    muy bello la realidad y muy cierto.
    Un bes💕

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  2. Qué tristeza, pobre canario. Y qué feo para el dueño de esa jaula.
    Precioso relato.
    Un beso.

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