BLANCO, NEGRO Y ROJO


Copos cristalinos caen con suavidad sobre los suelos empedrados del reino. Jamás he presenciado un invierno tan frío como este. Aunque la atmósfera me resulta de lo más familiar. La fragancia de la oscuridad y la electricidad de la esperanza.

Los colores del patio del castillo contrastan a la perfección. El blanco, el negro y el rojo. Espero unos instantes junto a mi manzano a que aparezca. Él me dijo que así lo haría. Mi incondicional y leal aliado. ¿Qué sería de mí sin él? ¿Qué sería de nosotros sin su certeza? Aquella reliquia siempre nos está devolviendo el aliento.

Te miro de nuevo, tan frágil y tan demacrado… Eres la viva imagen de mi apariencia, tan longeva y marchita…  Pero de nuevo ha llegado nuestro momento. Cuando las primeras luces del alba acarician el cielo ella aparece, tal y como estaba escrito. Ella… nuestra ruina y la amargura de nuestra existencia. Una mirada suya basta para que una daga más se hunda en nuestro corazón.

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Tan bella, tan cándida y tan inmaculada. Su pureza los atrae a todos. Ya no recuerdo cuántos rostros he visto enmarcando aquellos ojos añiles. Su profundidad habla de todas las veces que ha contemplado la primera aurora del estío, cuando su blanquecina tez comienza a reflejar la luz de Lorenzo. No como ahora, pues su piel parece un elemento más del espectáculo de luz.

Se acerca a nosotros lentamente, como siempre portando su más sincera sonrisa. La pureza de su mirada me hace estremecer. Su melena azabache se revuelve con el viento. Sí… en verdad siempre ha sido hermosa y siento lástima por ella. Una vez más. Pero mi amor por ti es más grandioso. Aunque he de reconocer que después de tantos siglos mi odio hacia ella ha ido menguando. Quizás ya me esté acostumbrando a esta condena. A la máscara de madrastra feliz que tengo que mostrar durante diecisiete años. Cada vez se me antojan más eternos.

Siento cómo una energía en forma de niebla nos va envolviendo a los tres. Sonrío y dirijo mi mirada lentamente hacia una manzana que descansa sobre la nieve a pocos pasos de la joven. Ella me imita y su sonrisa se amplía. Entonces avanza hasta inclinarse a recoger ese fruto de apariencia tan apetecible.  Los segundos se vuelven indefinidos, pero debo ser paciente.

Va acercando la manzana a su rostro, sin apartar sus ojos de los míos y cuando el carmín de sus labios se confunde con aquella fruta mi cuerpo comienza a vibrar. Observo cómo la escarcha avanza veloz por su organismo y el color de la sangre se va desvaneciendo. Su mirada se apaga y su mano deja caer aquel manjar envenenado.

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Me aproximo a sus labios entreabiertos y aspiro su último aliento, que penetra en mí como la corriente más placentera y voy notando cómo voy rejuveneciendo. Es la sensación más maravillosa que he experimentado.  Y llega tu turno. Lágrimas de emoción resbalan por mis mejillas. La más rápida cae sobre el corazón de tu cuerpo inerte y es en ese momento cuando abres los ojos. Mi hermoso bebé… Ya vuelves a estar conmigo. La dicha se apodera de todo mi ser. Volveré a disfrutarte de nuevo. Al menos hasta que el amor de mi vida vuelva a abandonarnos por alguna otra mujer más joven y engendren, una vez más, a quien toma el nombre de Blancanieves, la dama más hermosa del reino.


Estoy cansada de esta existencia tan amarga. De la espera. Pero es el precio que tengo que pagar por ti. La historia volverá a repetirse. Mi belleza deslumbrará al rey, quien se enamorará locamente de mí, hasta que ella se cruce en nuestros caminos y vuelva a separarnos… 

La perfección y la inmortalidad son muy tentadoras, lo fueron entonces, pero con el paso de las décadas voy comprendiendo que jamás debí hacer pactos con el diablo... 

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-Espejito, espejito, dime ahora quién es la más hermosa.

-Vos, mi reina, sois la más hermosa de todas. Hasta que, de nuevo, una joven con la piel tan blanca como la nieve, los labios tan rojos como la sangre y el pelo tan negro como la noche vuelva a nacer... 

Fuente de inspiración del relato: Fotografía de la exposición "no tan felices" de Manuel de los Galanes.

“En la original, el daño lo origina Blancanieves al provocar la muerte del hijo nonato de Claudia. Ahí la madrastra se vuelve loca y mala”, apunta el artista.


Se trata de una “oscura y poética” selección de fotografías, en palabras de su autor, que recupera el espíritu inicial de estos relatos, cuando las historias que narran no eran tan buenistas y perfectas como las que hemos conocido gracias, por ejemplo, a Disney en sus películas.

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2 comentarios

  1. Eres especial destruyeinfancias :P. Me encanta por que se sale de los esquemas de lo bonito en cuanto a camino de rosas. Simplemente maravilloso, Sarita. Un besazo enorme.

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  2. Precioso, me gustó mucho ver la otra cara de la moneda, es decir lo que siente la madrastra su placer, su pesar... fenomenal.
    Cuando puedas pasa por mi blog, hay un regalo esperándote.
    Besos y gracias por estas maravillas.

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