Querido verano:
Has sido un suspiro y una bocanada de aire.
El vuelo de una cometa.
Te has llevado lo que dejó de importar, has dejado todo lo que queda ahora y has traído ese horizonte en el que se unen el cielo y el mar.
Has olido a salitre, a lavanda, a asfalto y a hogar.
Has sido un nuevo despertar.
Has roto certezas y has construido un millar de nuevas dudas. Ese juego que no ha de terminar.
Has sido curiosidad.
Has sido personas. Las de siempre. Nuevas. Soledad.
Has sido poesía, estrellas fugaces y acordes.
Has sido cantar a pleno pulmón en el coche y canciones Disney de excursión.
Has sido bailar descalza aquí y allá.
Has sido intimidad y exposición.
Has sido sueños. El check en una lista infinita que se hace más grande y más pequeña a la vez.
Has sido novedad.
Has sido de todos los colores.
Has sido aprendizaje y pájaros en la cabeza.
Has sido reencuentro.
Has sido decisiones.
Has sido paz y temblor.
Has sido silencio. Has sido ruido.
Limpieza.
Revolución.
Explosión.
Fuego.
Has sido lluvia, sol, niebla y aspersor.
Has sabido a miles de sabores. Menos de los que me gustaría haber probado. Más de los que he recordado. Has sabido a poco.
Has sido SÍ.
Has sido el verano de mi vida.
Y has sido el principio de esos Km que quedan por venir.
5.000km no han sido nada y han sido tanto.
Otoño, ven a por mí.
No hay comentarios