TU SITIO

La Navidad se ha ido tiñendo de azul desde que ya no estás en la mesa. Al principio nadie empujó, después todos intentaron poner su grano de arena. Un grano minúsculo en comparación al vacío de tu ausencia. Las risas no son tan alegres y la nostalgia inunda miradas. Recuerdos se quedan a medio camino en la garganta. Nada es como entonces y todo ha cambiado tanto que a veces da por pensar que te marchaste justo antes de ver cómo los cimientos de toda una vida se derrumbaban de un plumazo. No hubieras soportado ver en qué se han convertido tus calles. 

Y ahora una Navidad más. Una Navidad menos. Tu plato de nuevo vacío y una mesa inconexa. El hueco en el perchero y una lágrima que tiende a infinito guardando secretos que solo tú despiertas.
Hoy has aparecido en mis sueños y ha sido el momento más reconfortante en mucho tiempo. He podido abrazarte de nuevo. No dejes de seguir viviendo a verme. Por favor, no dejes de iluminar mi cielo.

Cómo te echo de menos. 

No hay comentarios