Aquel
bosque fue testigo de sus besos y de sus promesas. Promesas rotas y
envenenadas. Promesas fingidas y adulteradas. Promesas que nunca tendrían su
lugar. Aquel bosque fue testigo del engaño y del desconsuelo. Aquel bosque fue
testigo del inicio y del fin. Aquel bosque se convirtió en cobijo cuando ella,
desamparada, ya no tenía lágrimas que derramar. Cuando ella, asustada, no
encontraba en quien confiar. Cuando ella, prisionera, no encontraba su lugar.
Sin embargo, de sus pies brotaron raíces y de su cabello florecieron pequeños
capullos. Su tronco se elevó hacia las nubes y de sus brazos brotaron ramas.
Ella se fusionó con otros árboles, quienes la hicieron compañía. Ella se unió con
la Madre Naturaleza y, acariciando su vientre, comprendió que jamás volvería a
estar sola. Y la Madre Naturaleza vio cómo crecía el espíritu de una nueva
amiga, hija, madre, aliada. Ellas jamás estarán solas. Ellas lo son todo. Ellas son
ELLA.
jueves, 6 de septiembre de 2018
Que intensidad mi niña.
ResponderEliminarHola bonita :)
ResponderEliminarAquí me tienes a mi también de vuelta... dos años es mucho tiempo lejos de mi gente de los blogs.
Y vuelvo y me encuentro tu post... vaya chica, que impresionante. Solo puedo decir que me ha encantado.
Un besazo y volvemos a encontrarnos... ya no me voy más jajja
hola,
ResponderEliminarjo, me ha gustado muchisimo y solo han sido 8 lineas... un aplauso bien grande guapa
besotessssssssssssss