Que cuando sales al mundo no quieres que te dejen migas de pan. Quieres
caminar por prados verdes y ciénagas. Quieres saltar y volar, y caer. Sin más
ayuda que tu instinto, ese que a veces se equivoca. Quieres hacer gala de tu
vestido embarrado porque jugar aún te roba sonrisas y es un tema demasiado
serio para que pueda entenderlo cualquiera. Quieres soñar en bicicleta. Una bicicleta con una cesta para guardar todo lo que encuentres por el camino. Quieres encontrarte
a la bruja, aunque tampoco la buscarás, y hacerle frente. Quieres escupir tu
fuego por la boca, apagar el incendio y resurgir de las cenizas. Quieres reír
hasta llorar y llorar hasta reír. Quieres curar heridas con abrazos, incluidas
tus cicatrices entre los tuyos. Quieres aguantar la respiración antes de caer y
notar el hormigueo ante lo nuevo, lo desconocido. Quieres vivir por ti, sin
tener por delante a nadie que te arroje esas migas de pan. Quieres que quien te acompañe esté a tu lado y que se pare contigo a brindar por lo bueno, y por lo malo.
martes, 18 de junio de 2019
Hermoso y muy cierto. A volar con nuestras propias alas.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo.
¡Muchas gracias, Cyn!
EliminarAunque caigamos siempre volveremos a alzar el vuelo. Lo bonito de la vida es precisamente eso: aprender a levantarse, aunque es duro también. Hermoso escrito una vez más.
ResponderEliminarCuídate, por favor.