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CAPÍTULO 4: UNO MÁS
Llegaron a una fortificación y caminaron
entre sus muros hasta llegar a una gran sala en la que estaban reunidas
bastantes personas, tanto hombres (todos armados) como mujeres. Al final de la
misma había un hombre pelirrojo con una barba prominente y mirada severa. Colin
dedujo que era de quien todos hablaban, Sloan. Cuando llegaron ante él con
todas las miradas puestas en Colin, Murdock le obligó a arrodillarse.
─Bien, Hamish. Habla.
─Señor, encontramos al joven esta mañana
en el bosque, inconsciente. Dice llamarse Alec, pero se niega a hablar de su
procedencia.
─En realidad me llamo Colin, señor ─dijo
para la sorpresa de todos.
Evanna no pudo evitar que se le escapase
una leve carcajada.
─¿De qué te ríes, mujer? ─preguntó Murdock.
─¿Acaso lo sabías?
─A mí también me vino con esa treta pero
estaba claro que mentía. Si abrieseis los ojos de vez en cuando…
─No empecéis ─exigió Hamish. ─¿Por qué
mentiste, chico?
─¿Por qué habría de confiar en vosotros?
─Está bien, Colin ─continuó Sloan. ─¿A qué
clan perteneces?
─A ninguno, señor. Tan solo soy un músico escocés
que está de paso, en búsqueda de aventuras. Toco la gaita a cambio de un techo
y un plato caliente. Mi vida es la música y mi gaita es la única compañía que
necesito para viajar. No tengo familia, todos murieron a manos de los ingleses
cuando era niño y desde entonces es así como sobrevivo.
─Ya veo… ─susurró Sloan.
─Dijo que los policías vendrían a ayudarle
─continuó Murdock desconfiado.
─He dicho que no tengo familia, pero sí
otros músicos amigos. Así nos hacemos llamar, los policías ─mintió para salir
del paso.
─No confío en su palabra, señor ─afirmó
Murdock.
─Dice la verdad ─interrumpió Evanna con un
tono firme.
─¿Cómo estáis tan segura, mujer? ─preguntó
Murdock.
─Su mirada es clara.
─¿Intercedes por él, Evanna? ─preguntó
Sloan.
─Así es, mi señor. Sé que dice la verdad.
Sabéis que siempre acierto.
─Mmmm… ─suspiró Sloan mientras miraba a
Colin fijamente. ─Está bien. Entonces tú te encargarás de él hasta que parta de
nuevo. Pero te advierto algo, Evanna, si al final no es quien dice ser y eso
trae consecuencias para el clan tú pagarás por ello.
─Por supuesto, mi señor. Conozco las
leyes. Pero sé que dice la verdad. No supone ninguna amenaza. Sabes
perfectamente que no tolero a los traidores.
─Confío en tu criterio, mujer. Como
siempre he hecho ─dijo Sloan provocando una sonrisa orgullosa en Evanna. ─Además,
es demasiado enclenque para conocer el arte de la querra y las espadas, no creo
que sepa luchar. Son tiempos difíciles chico, espero que mantengas tu boca
sellada durante tus travesías.
─Ya he aprendido la lección, señor. Otro
clan escocés me advirtió cuando en una ocasión tuve la lengua demasiado larga ─mintió
levantando la camisa y dejando ver una cicatriz que le dejó la operación de
apendicitis años atrás. ─Valoro demasiado mi vida así que he aprendido a oír y
callar. Ya os he dicho que no me interesa lo más mínimo la política ni los
conflictos entre clanes.
─Sigo sin fiarme de su palabra ─dijo
Murdock.
─Está bien. La decisión está tomada ─informó
Sloan. ─Te quedarás con nosotros hasta que confiemos en ti. Vivirás con Evanna
y, si dices la verdad, podrás partir. Si mientes, mucho me temo que ambos
pereceréis.
─Entendido, mi señor. Me parece justo. Yo
me hago responsable y como tal, el chico trabajará para mí. No estoy dispuesta a
convivir con un vago maleante. Trabajará a cambio de un techo y comida. A mí la
música no me da de comer.
─Siempre atando corto, Evanna ─sonrió
Sloan. ─Que así sea.
***
─Me has sorprendido, chico ─dijo Evanna.
─Tus brebajes abrementes funcionaron bien ─rió Colin contagiando a la mujer. ─¿Dijiste
en serio lo de trabajar para ti?
─Por supuesto. Tenemos que dar
credibilidad y hay demasiado trabajo para mi sola. Tendrás que ganarte el
sustento ─sonrió ella. ─Mañana mismo te enseñaré que has de hacer y comenzaré a
darte clases de música, tienes pinta de no tener ni idea.
De este modo, Colin comenzó a trabajar en
el huerto de Evanna, ayudar en las tareas, integrarse en el clan… a pesar de
estar siempre vigilado por Murdock. Pero eso no le importó, de hecho,
comprendía su desconfianza y hasta llegó a cogerle algo de cariño.
Mientras Colin pasaba los días trabajando
de sol a sol, Evanna inició la búsqueda de un druida que pudiese ayudarle a
volver a su época. Tras unos meses finalmente dio con uno que parecía conocer
un ritual ancestral, sin embargo, tardaría un tiempo en prepararse. Además,
había que tener en cuenta las fases lunares, el tiempo atmosférico… El druida
convocó a otros con el fin de acelerar el proceso. Todos aceptaron, pues era
una especie de milagro conocer a un viajero, pues las leyendas sobre ellos se
habían transmitido de generación en generación…
Así fue como Colin pasó a ser uno más.
Aprendió a tocar la gaita, primero a escondidas y, sorprendiendo a Evanna, se
le dio mejor de lo que esperaba y cada noche componía una nueva canción.
Algunas nostálgicas cuando se acordaba de su familia y otras más alegres por
haber encontrado su sitio en otra época distinta a la suya.
Finalmente, todo el clan, incluido Murdock
aunque nunca lo admitiría en voz alta, consiguió confiar en él y tras seis
meses viviendo con los Maclean, Sloan le dio permiso para que preparase su
partida. El conjuro que estaban preparando los druidas estaba casi listo, así
que la despedida se acercaba y el corazón de Colin comenzó a dividirse en dos.
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La historia se hará un poco más larga, por lo que veo. Incluso a mí me ha gustado cómo se ha instalado Colin en este clan. Me da un poco de pena que deba partir, aunque por otro lado siento que sus amigos no se quedarían tan tranquilos del otro lado, mientras la adivina del 2019 sepa lo que ha ocurrido puede que incluso vengan por él.
ResponderEliminarPreciosa historia. No veo indicios del final, pero voy a esperar hasta el fin de semana para ver si completas con otro capítulo, sino haré la reseña de lo que hayas publicado hasta ese momento.
Un gusto leerte.
¡Besos!