Hoy te he recordado una vez más y he vuelto a pensar en todo lo que te has perdido. En todo lo que yo me perderé. Y no deja de ser un galimatías de emociones cada vez que rememoro tu abrigo de pana, tu gorra o aquel paraguas que parecía resguardar de la lluvia a toda la ciudad. Hoy he recordado las luces que se apagaban en tus ojos y no supimos verlo. O, más bien, nos negamos a creerlo. Nunca imaginé que la promesa que te hice no pudiese llegar a término. Porque no estarás para llevarme de la mano. Siempre pareció que serías eterno.
¿Sabes? Después de tanto tiempo aún te veo por la calle, llevando una de esas bolsas con doble nudo que portaban comida para alimentar a "estas escuálidas". Aún recuerdo tus bromas y las lágrimas no se me desgastan. Aún te recuerdo siendo el primero en venir a verme y a desempeñar en silencio un papel que no te correspondía. Aún recuerdo tus manos, tu ilusión al vernos volar en el columpio.
Aún recuerdo tu miedo.
Aún recuerdo el no poder mirar. Tal y como te pasaba a ti.
Aún recuerdo lo difícil que eras y posiblemente algo se me pegó a mí.
Aún recuerdo todo lo que callé. Posiblemente algo menos de lo que tú callaste.
Aún soy incapaz de encontrar las palabras, aunque me voy dando cuenta de que jamás logre alcanzarlas.
Hoy te he recordado, mi estrella.
Y ojalá no lo fueras.
Aún no he podido soltar tu cometa.
Sempiterno.
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