NIÑOS GRANDES


El niño siempre quiso crecer deprisa. Llegar a ser adulto pronto, como su padre. Éste siempre le dijo que el miedo era cosa de niños. Que jugar era cosa de niños. Que llorar era cosa de niños. Y su hijo, teniendo a su padre en un pedestal, le creyó. Y, por eso, tuvo prisa por crecer. Por eso y por mirar con ojos de niño. 

El niño creció y no vio a su padre jugar. No había estrellas en sus ojos. Solo vacío.

El niño creció y no vio a su padre llorar. Aunque sí lo escuchó.

El niño creció y vio a su padre tener miedo. Más del que él había sentido jamás. Más de lo que creía que alguien pudiera sentir. Y la mentira cayó por su propio peso. El pedestal cayó con él.

El niño creció y decidió seguir jugando.

El niño creció y decidió llorar si lo necesitaba.

El niño creció y aprendió que todo el mundo tiene miedo. 

Pero el niño decidió que no le tendría miedo al miedo. 

El niño creció.

Y el niño vivió. 



*Día del docente.
Que el alumnado no deje de ser nunca niños grandes.
Que no dejen de vivir y de sentir.

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