GEOGRAFÍA DE SONRISAS

 

*Día Mundial de la sonrisa.

De niña me regalaron una bola del mundo, pero nadie me explicó que algún día tendría que soportar el peso de toda su geografía. No me avisaron de que cargaría a la espalda contradicciones de allá afuera que se convertirían en remolinos aquí dentro. No vieron que yo era pequeñita, fuerte para luchar sin salirme de mis propios límites, pero un grano de arena en el desierto del universo. 
Pero cuando miro más de cerca y veo tu sonrisa me siento más ligera dentro del mapa. 
Cuando te veo ahí, con tus ganas, le ganas tiempo al tiempo. Ese que se escapa por momentos. 
Cuando veo las cicatrices de tu espalda, observo que tú también estás peleando tus propias guerras. Más reales que las que se libran fuera. 
Cuando miro tus manos respiro de alivio porque sé que estás escribiendo el cambio. 
Cuando piso tus huellas me dan ganas de bailar sobre ellas porque, con camino o sin él, con o sin paradas, sigues en movimiento al son de tu compás.
Cuando hablas todo parece una canción que alivia viejas heridas.
Cuando distingo tus orejas sigo creyendo en la gente que abraza el silencio. 
Cuando miro esos ojos cansados de los que salen chiribitas, veo un mar que se ensancha hasta tender al infinito. Ojalá todo el mundo viese a través del cristal de tus ojos. 
Cuando regalas al mundo una de tus sonrisas… ¿Quién se quejaría después de ver tu sonrisa? Esa que nace de las vísceras y la pérdida. Y esa naturalidad con la que robas las de los demás. 
Soportaría una y mil veces tu geografía para que me hicieras perder el norte y solo sostener el peso de lo que realmente importa. 


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