Cuenta la leyenda que, en un desierto de alguna parte, el sol se
encontraba muy solo, pues no existía vida alguna con la que compartir sus días.
Al fin y al cabo, la luna tenía a las estrellas. Pero él no tenía a nadie. Se
sentía tan triste que un día no quiso ni brillar y un montón de agua condensada
encapotó el cielo y, entonces, se desató una gran tormenta. Llovió durante
horas. Toda la noche y ni el sol ni la luna ni las estrellas se veían desde
ningún punto del planeta. Al alba, el sol volvió a salir en aquél desierto,
cuando las nubes se disiparon, y se sorprendió al ver un color nuevo allí abajo.
El verde. Y de aquél verde surgió una pequeña amapola de un rojo brillante.
—¡Hola! Me llamo Vera. He venido para que
jamás vuelvas a estar solo.
El sol volvió a sonreír como nunca antes y con ella nacieron
nuevas flores que poblaron la Tierra con infinidad de colores. El sol jamás se
volvió a sentirse así, aunque lloraba a menudo para regar a sus nuevas amigas
pero, tranquilos, lloraba de la risa. (Y a veces de pena, siendo realistas, aunque
eran las menos.)
De esta
forma, entre los rayos de sol, lágrimas, cánticos y sonrisas… despertó la primavera.
***
Este mes se me olvidó programar algunos relatos que tenía ya listos (mu bien) así que ahora mismo los dejo preparados para el mes de junio ^^
Con el examen estoy escribiendo poquito. Qué ganas de que pase y volver al ruedo. Y de traeros novedades ^^
Espero que os guste mi leyenda sobre la primavera (que llega tarde xD).
Podéis leer las de Invierno en los siguientes enlaces:
¡Hola! Pues, a mi me ha parecido una ternura que el sol tenga a las flores para compañeras <3 qué bonita leyenda.
ResponderEliminarEspero que te vaya de diez con los exámenes.
¡Un abrazo!
Muchas gracias. Lo cierto es que sí, quedó una leyenda muy tierna ^^
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