PRESENTE SIN FUTURO

 



Ella volvió con libretas llenas de aprendizajes, de errores y pesar. Ella no quería que él pasara por todo aquello. Tenía a su disposición páginas y páginas escritas con la idea de un presente en llamas, pero él solo leyó un mar en calma. A ella ese mar le resultó familiar, esa calma antes de la tempestad, y esperó que él siguiese navegando por siempre en esas aguas serenas por las que ella ya navegó. Esas aguas repletas de los peces que a él le daban miedo. Ella escribió un punto final y solo esperaba que él no terminara sintiendo ese pesar por no haber querido mirar más allá de aquella fecha en el calendario. De un presente. Esperó que las aguas de él siempre estuvieran en calma.

 

***

 

Siempre pensé que aquella historia sería la de dos ríos que desembocarían en el mismo mar, picoteando gotas de agua de aquí y de allá para ganar en experiencia y abrigo. Del abrigo en tres tiempos: pasado, presente y futuro. De las tempestades que se interponían y de la humedad en calma de aquel primer mes de diciembre.  Donde empezó, terminó. Esos dos ríos tuvieron la suerte de vivir a tiempo y solo por eso ya valió la pena deshacerse por el camino.


1 comentario


  1. esta última frase me encanta "Esos dos ríos tuvieron la suerte de vivir a tiempo y solo por eso ya valió la pena deshacerse por el camino". A veces hay historias que aunque acaben merece la pena haberlas vivido. Estoy atrapada en la lectura de un libro "Voces entrelazadas", te aviso cuando lo termine. Suerte en todo.
    Saludos

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